Dices
con voz armoniosa,
medida,
creyéndola propia.
Tu palabra
es la del cuerpo,
la que dice y te dice,
irreconocible,
el mantra más antiguo
aquel que suena,
desde el origen.
Tu voz,
la que hace violencia,
sin gritar,
sin herir.
Tu decir,
implosión,
estallido visceral
que abre,
desnuda,
fragmenta,
para que puedas reconstruir
cada partícula
en un nuevo orden,
mientras suena una nueva melodía,
mas reposada.
Pablo Duran
Septiembre de 2016
Pablo Duran
Septiembre de 2016
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