Desvelado,
recorro
las líneas de tu
mano,
afán de escapar
hasta hundirme,
nicho
que cavó la tarde,
sepulcro transitorio
sin lápida
hueco
frio
no cierro los
ojos,
no puedo,
por temor
a qué.
Retengo tu rostro
certero,
me aferro a él,
capricho,
que me inventé
para pasar esta noche.
Pablo Duran