Salto
de una celda a la otra,
contiguos,
profundamente planos,
no hace diferencia donde:
arriba, abajo
al costado,
cercanos a mi,
a vos,
mas próximos aun
que mi lejano fin,
mas inciertos
y brutalmente reales,
nunca mas allá
que el acá mismo,
nada mas afuera
que el adentro
donde te espero,
y a veces,
solo a veces, te encuentro,
o te imagino,
y no es tu mano la que me toma
ni tu voz la que me guía
ni tu canto el que me aquieta.
No importa qué,
importa sí que tu aroma persiste,
importa que en este
mas acá de mi,
ya no me alcanza la muerte.
Pablo Duran
22/4/18