Resucitas
incumplida
de la pena
del lastre
de vidas
que no llegaste a morir
de muertes
que rieron en tu cara
inútiles
olvidadas
de la lluvia de abril
de la resaca
de la reseca
hoja caída
del enojo regurgitado
en soledad
de miradas vacías
de manos en los bolsillos
mezquinas de abrazo
de lo vivido
impúdicamente.
Resucitas
fugaz
y sos todos
hombres
dioses
los que hospedaste
quienes te cobijaron
y ese niño
que hoy te absuelve.