Tangente
de tus
dedos,
a la curva
de tus
convicciones
que ya no
te sostienen.
Justo allí,
donde todo
acaba,
sostén
divino,
allí esperas
,
en tu debilidad.
Ya son
otras las noches,
no hay
cortejo,
solo
caricia
que apacigua
la oscuridad.
Pablo Duran
Marzo 2018
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