Poesia

miércoles, 28 de abril de 2021





“Simplemente algunas de las cuestiones cercanas a la filosofía que yo he empezado a ver en la matemática empezaron a encontrar algunos lugares dentro de mis historias”

Conversamos con Guillermo Martínez, escritor y matemático cuyo nombre y trayectoria hablan por sí solos, sobre las matemáticas y la cuestión de la verdad en su obra

Autor de algunas de las novelas policiales más exitosas, cuentos, ensayos y contribuciones en diferentes medios, ganador de prestigiosos premios como el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes (Argentina;1989), Premio Planeta (Argentina, 2003), Premio Mandarache (Cartagena, 2006, Diploma al Mérito de los Premios Konex (Argentina, 2014), Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez (Colombia, 2014) y Premio Nadal (España, 2019), Martínez nos facilita el trabajo de desenrollar ovillos y seguir el hilo a través de diferentes laberintos.

La inmersión en el mundo de las matemáticas, tal como nos relata, fue una suerte de “accidente” que rápidamente fue “encontrando lugar en sus historias”.

Durante la entrevista, cuestiones profundamente humanas se entrecruzan con problemas y teoremas matemáticos en diálogo con sus obras, como el teorema de Gödel y lo demoníaco desquiciando la voluntad racional en su novela Acerca de Roderer o la cuestión acerca del límite de las teorías en su novela Crímenes imperceptibles. 

Y el hilo nos condujo por preguntas acerca del significado de seguir una regla o sobre el lugar que ocupa la verdad y el camino que conduce a ella, ya sea en el transcurrir literario o de la ciencia. Y vinieron al encuentro una sinfonía de voces como las de Euclides, Umberto Eco, Jorge Luis Borges, Ludwig Wittgenstein. Desde “Pierre Menard, autor del Quijote”, de Borges hasta “Los crímenes de Alicia”, última novela de Martinez, el autor comparte su perspectiva acerca de la noción de verdad desde ópticas, miradas y tiempos diversos. 

En sus obras se entrelazan relatos y signos en una continuidad de ideas, personajes y preguntas. Guillermo Martínez enriquece el encuentro con una variedad de ejemplos que, desde la geometría, la filosofía, hechos históricos o la obra de otros autores y fundamentalmente la propia, dan cuenta del papel de la matemática como material creativo.


 

domingo, 4 de abril de 2021


 “Empieza a surgir la necesidad de comunicar la ciencia de manera más efectiva”

Reflexiones de Geraldine MacKinnon acerca la vinculación entre ciencia, arte y comunicación.

Geraldine MacKinnon, ilustradora botánica, artista visual y profesora chilena nos cuenta con detalle pero sobre todo con entusiasmo y pasión, las etapas, experiencias y proyectos a lo largo de su carrera, durante mas de diez años.   

 

“Hace un poquito más de 12 años que me dedico a la disciplina y a la ilustración botánica, tanto como artista botánica y como profesora de ilustración botánica en diversas instancias... todo esto empezó después de un período de tres años viviendo en Isla de Pascua, fotografiando sitios arqueológicos y haciendo clases en la secundaria de allá”.

La perspectiva que muestra MacKinnon, su mirada, sus palabras hablan de integralidad. “Entonces la verdad es que esta experiencia en terreno viendo piedras, viendo el paisaje, empezando a leer en términos de paisaje arqueológico, poder ver las casas, los poblados mientras nosotros hacíamos la investigación, eso me ayudó a salir un poco de toda esta tendencia de que estaba la universidad ya a encontrarme con las cosas que a mí me gustaban y que tenían más que ver con una actitud contemplativa hacia el mundo natural de observación, de entender el paisaje, las especies que allí habitaban, la historia”. 

A partir de ese contacto y motivación tomó la decisión, hacia el año 2008, de dedicarse de lleno a la Ilustración botánica.  Inicialmente de manera autodidacta, hasta avanzar por un camino más sólido. “Primero con el único profesor que en ese minuto daba clases aquí en Santiago y después vinieron unas profesoras del Jardín Botánico de Edimburgo y eso me llevó a lograr conseguir una beca para irme a estudiar a ese jardín botánico en el año 2012”. La experiencia y formación llevó a MacKinnon a llevar adelante su tarea de modo profesional y hasta colaborar con el Museo Nacional de Historia Natural de Chile. 

Lo que inicialmente -ilustración y desarrollo científico- transitaban un mismo camino para más tarde separarse, para MacKinnon vuelven a encontrarse. “Siento que hay un resurgimiento a nivel mundial… porque empieza a surgir esta necesidad de comunicar la ciencia de manera más efectiva”

El desarrollo científico y el ejercicio artístico se han distanciado, para la ilustradora, aunque transitoriamente. Sin embargo, no ve tal separación como un hecho restringido a científicos y artistas. La crisis ambiental que experimenta la humanidad es, a la luz de MacKinnon, muestra de la misma separación con la naturaleza. Es en este siglo que vislumbra progresivamente un “resurgir de la comunicación entre los artistas y los científicos. Y aquí todo movimiento de artistas contemporáneos aliados con científicos haciendo proyectos en común, como buscando respuesta más filosófica a ciertas preguntas de la ciencia a través del arte visuales”. 

Geraldine MacKinnon es inquieta no solamente en su búsqueda profesional y artística. Promueve la vinculación, la interacción, la conformación de redes y grupos en plataformas sociales, en proyectos en terreno como el proyecto “Curso de Ilustración Botánica de Campo - Senda Darwin, Chiloé”, proyecto que reunía durante  diez días a un grupo interdisciplinario con la idea de “brindar clases de ilustración botánica…pero que no fuera sólo dibujo botánico, sino también enseñar ecología, botánica”. 

La enseñanza, la comunicación y transmisión no están separadas. Son parte de una misma mirada en la que se suma la experiencia. “cuando enseño botánica básica a mis alumnos de dibujo les digo miren, esto es así, pero en realidad cuando salgan a observar afuera se van a dar cuenta de que hay miles de plantas, que está lleno de excepciones a las reglas”.

La ilustración, la mirada sobre el mundo y la naturaleza, nos presenta con entusiasmo, son parte de la humanidad. “Para mí, la pintura de las cavernas ya expresa esa necesidad de representar lo que está vivo o lo que está fuera de mí. Y para entenderlo, verlo y analizarlo desde distintos puntos de vista, ya sean científico o espirituales. 

Y nuevamente encontramos el lenguaje como un eje común, articulador de perspectivas y miradas. MacKinnon habla de un “tercer lenguaje”, “no es ni arte ni ciencia, pero se comunica, es un puente entre ambos, es algo que ya tiene vida propia y que comunica a las personas de todo el espacio del conocimiento”. Pero la palabra no está, según su perspectiva, escindida de la experiencia “porque requiere de una observación profunda, muy contemplativa”.

Así, MacKinnon, con su conversación y reflexión dinámica y ágil, nos ha llevado desde Isla de Pascua o las pinturas rupestres a la tradición de ilustradores hasta finalmente llegar hasta la mirada desde el interior, contemplativa y vinculada con el entorno. 

“Entonces creo que acercarse a estas disciplinas que unen el arte y la ciencia, ya sea desde cualquier técnica, son muy buenos para ayudarnos a mantenernos cuerdos”.

 

PD